lunes, 22 de septiembre de 2008

Hasta las narices de las palomitas!


No soporto esa manía que tiene ahora la gente de ir al cine a engullir, durante toda la proyección de la película, cantidades desorbitadas de palomitas en recipientes cada vez mas grandes, refrescos de litro sorbidos con pajita y por si fuera poco, ahora incluso he visto que venden nachos con salsas varias. Bueno y estoy esperando la incorporación en breve de carta de hamburguesas rezumantes de mostaza y ketchup y quizás de alguna paella, de esas individuales que venden por ahí, (esto ya para el sector sibarita, claro...). ¡Dentro de poco nos acompañará a la butaca "el metre" en lugar del acomodador...!
Al cine se va a ver la película y no a ponerse hasta las cejas de comida!!! Vamos eso me parece al menos a mi, aunque parece que estoy en franca minoría.
Reconozco que yo también he tomado palomitas y recuerdo con nostalgia cuando mi padre me compraba de pequeña una bolsita de palomitas dulces, que eran mis preferidas, al entrar en la sala. Pero no recuerdo que ni yo, ni nadie del resto de espectadores, se pasara toda la película haciendo sonidos masticatorios sin fin, ni desagradables gorgojeos guturales, que hacen que estés mas pendiente de tu vecino que del argumento. En mas de una ocasión me han entrado instintos asesinos irrefrenables, que he dominado a duras penas, de tirarle el paquete de palomitas, tamaño "extramegasuperbig", a la cabeza del pesado o pesada de turno!

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Totalmente de acuerdo, es muy desagradable estar viendo una película con alguien al lado masticando sin parar!